Cuando me plantee mandar este artículo al periódico, me di cuenta de que el tema del que quería hablar ya había sido tratado en la edición anterior. Hablo de las barreras arquitectónicas en Manzanares.
No hace falta tener alguna minusvalía para ponerte en el lugar de esas personas y darte cuenta de lo difícil que es el día a día en una ciudad como la nuestra. Seamos realistas, ninguno nos planteamos esta situación hasta que no nos vemos inmersos en ella.
He sido madre hace ocho meses, y salir a la calle sola con el cochecito de mi hijo es una aventura, como muy bien comentaron Jerónima y Custodia en su artículo (aceras, entradas a edificios públicos, etc.)
Mi caso en particular se basa en la estación de RENFE. Mi resi-encia habitual no está en Manzanares, pero la de mis padres si, y por este motivo se bien de lo que hablo. Hace unas semanas debía volver a mi ciudad en tren, y nunca me había planteado el problema que supone la ubicación de las taquillas en el andén central. Para acceder a ellas debes utilizar el pasaje subterráneo, con las debidas escaleras de bajada subida. Mi dilema fue: ¿cómo cruzo?, ¿me llevo solo el bebé?, ¿cargo con el cochecito y el bebé dentro? y ¿las maletas?, ¿las dejo en este lado solas?, ¿cuando vuelva de comprar el billete seguirán estando aquí?
En resumidas cuentas, o te acompaña alguien a comprar el billete y a coger el tren, o algo tan sencillo como eso, se convierte en una odisea.
Espero que mis palabras no queden en el aire, lleguen a quien corresponda y se tomen medidas en un “futuro cercano” para el bien de todos los usuarios de este servicio público, que tenemos la suerte de tener en Manzanares.
No hace falta tener alguna minusvalía para ponerte en el lugar de esas personas y darte cuenta de lo difícil que es el día a día en una ciudad como la nuestra. Seamos realistas, ninguno nos planteamos esta situación hasta que no nos vemos inmersos en ella.
He sido madre hace ocho meses, y salir a la calle sola con el cochecito de mi hijo es una aventura, como muy bien comentaron Jerónima y Custodia en su artículo (aceras, entradas a edificios públicos, etc.)
Mi caso en particular se basa en la estación de RENFE. Mi resi-encia habitual no está en Manzanares, pero la de mis padres si, y por este motivo se bien de lo que hablo. Hace unas semanas debía volver a mi ciudad en tren, y nunca me había planteado el problema que supone la ubicación de las taquillas en el andén central. Para acceder a ellas debes utilizar el pasaje subterráneo, con las debidas escaleras de bajada subida. Mi dilema fue: ¿cómo cruzo?, ¿me llevo solo el bebé?, ¿cargo con el cochecito y el bebé dentro? y ¿las maletas?, ¿las dejo en este lado solas?, ¿cuando vuelva de comprar el billete seguirán estando aquí?
En resumidas cuentas, o te acompaña alguien a comprar el billete y a coger el tren, o algo tan sencillo como eso, se convierte en una odisea.
Espero que mis palabras no queden en el aire, lleguen a quien corresponda y se tomen medidas en un “futuro cercano” para el bien de todos los usuarios de este servicio público, que tenemos la suerte de tener en Manzanares.
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