PASARELA SOBRE EL CANAL RÍO AZUER por Miguel Ángel García Gómez Ingeniero de Caminos. Autor del Proyecto

Las lluvias acaecidas en estos últimos meses, han puesto en evidencia las carencias de las infraestructuras existentes así como la insuficiencia de capacidad de los propios cauces.
El diseño de una obra de drenaje o de una estructura sobre un cauce o un canal, se realiza en función del concepto denominado “período de retorno”, asignando, en función del riesgo y de los daños teóricos que puedan producirse, un determinado período a cada estructura (5, 10, 25, 100, 500 años). Este concepto se materializa en que a mayor período, menor es la probabilidad de que el caudal máximo que desagüe la estructura pueda superarse.
Cuando se proyecta una estructura, se plantea si proyectar una estructura para un elevado período de re-torno, lo que supondrá que sea una estructura suficiente para la práctica totalidad de los caudales que puedan circular por ella, con el consiguiente coste de la misma, o una estructura asociada a un período de retorno menor, con un menor coste, pero asumiendo que en algunos episodios puntuales de máxima avenida, pueda no ser suficiente.
La normativa actual regula los períodos de retorno a adoptar en cada caso, sin embargo, las estructuras construidas hace años, como es el caso del Puente de Los Pobres, y la estructura colindante sobre el Río Azuer, pudieron no ser ejecutadas con estos criterios actuales, ya que los medios disponibles, y los riesgos asociados a éstas estructuras, eran completamente distintos entonces a ahora.
En cuanto a las lluvias, el período de retorno no deja de ser un concepto estadístico que trata de acotar el máximo caudal que generará la tormenta correspondiente, pero la naturaleza tiene un comportamiento en muchos casos difícil de prever, tanto en tiempo (es imposible concretar si mañana va a llover, a qué hora va a empezar y cuanto durará) como en intensidad. Los registros de nieve y lluvia de estos meses, tanto en intensidad como en días de duración, seguramente se podrán considerar “históricos” e incluso muchos habrán tenido que hacer memoria para recordar una situación similar en los últimos años.
Pero la cosa se complica, ya que lo expuesto en los párrafos anteriores, resume el tratamiento que se da a una estructura u obra de drenaje de manera individual, pero en la mayoría de los casos, el comportamiento hidráulico de una estructura condiciona el de las adyacentes.
Este es el caso del Puente sobre el Río Azuer, el Puente de Los Pobres y la Pasarela Peatonal sobre el Canal del Río Azuer.
El Río Azuer, dado el caudal que circula por el mismo, condiciona el comportamiento hidráulico del Puente de Los Pobres, puesto que éste último no puede desaguar libremente el caudal que circula por él. Esta situación se denomina en hidráulica “control a la salida” y hace que el comportamiento del flujo se propague “aguas arriba”. Es decir, el caudal que sale del Puente de Los Pobres encuentra el “obstáculo” que constituye el caudal que circula por el Río Azuer, lo que hace que el flujo de agua reduzca la velocidad, al reducir la velocidad, la lámina de agua se eleva.
Este hecho se ve agravado, en el caso del Puente de Los Pobres, por la sección inferior de éste respecto al Canal del Río Azuer. El agua que circula por el Canal, cuando llega al Puente de Los Pobres, reduce su velocidad para entrar en la estructura, al tener menor hueco por el que pasar, es reducción de velocidad supone a su vez una elevación de la lámina de agua, la cual se propaga “aguas arriba”, es decir, hacia atrás.
La Pasarela sobre el Canal del Río Azuer, que como su nombre indica, está “sobre” el Canal, tiene bajo la misma el hueco similar al del encauzamiento, no afectando al régimen de funcionamiento del canal, sino viéndose afectada por la cota “fijada” por el Río Azuer y por la sección inferior del Puente de Los Pobres.
Se puede comparar la situación, de manera burda y teniendo claro que no es más que una comparación, con la entrada a un local por un numeroso grupo de personas, que llegan sin problemas hasta la puerta, pero al reducirse la sección (puerta) y estar el local ya lleno, se van acumulando en la calle, formando una cola. No se diría en ese momento que la acera no es suficiente para que continúen andando por ella las personas que están haciendo cola, sino que no puedes continuar por-que están condicionados por lo que pasa dentro del local, cuando salgan los de dentro, podrán continuar avanzando.

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EL LETRERITO; EL PADRE SONSECA

Que bonito el letrerito
De la puerta de la ermita
Que lindo, que buen puestito
Que cosa mas chiquitita
Para ver que es lo que reza
Con la puerta me he topado
Y un golpe en la cabeza
Con la rejita me he dado
Y a la vera y por delante
Junto a la famosa ermita
Una mano suplicante
Como pidiendo platita
No pidas mas al viajero
Dijo una voz celestial
Que yo pondré el dinero
PARA UN CARTEL DESCOMUNAL
Nuestra ermita del Cristo de la Ago-nía, se merece un LETRERO, no el letrerito que hay encima de la puer-ta apenas legible.
Debe estar, al menos, acorde con la magnitud de la mano que tiene al lado.
No demos que hablar.

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