CALLEJEANDO

1.- La Calle del Manifiesto
Atendiendo a la invitación de los iniciadores de esta nueva revista, me dirijo a los lectores con la idea de resaltar algunos de los rincones de Manzanares, que antes de que la “modernidad” pueda con ellos, podemos todavía disfrutar.
Manzanares posee un patrimonio urbano de gran valor histórico y arquitectónico todavía reconocible en el trazado medieval de sus calles, que ha sido clara-mente ignorado por las últimas corporaciones, desde las últimas del franquismo hasta las más actuales.
Una de las calles más antiguas de este trazado por encontrarse en el entorno de la Plaza de la Constitución, es la pequeña calle llamada actualmente del Manifiesto; contiene su espacio un importante trozo de nuestra historia local, mostrando en sus fachadas múltiples ejemplos de detalles arquitectónicos y ornamentales de distintas épocas y estilos.
El mismo nombre antiguo de la calle nos recuerda uno de los edificios más representativos del devenir de este espacio; hasta mediados del pasado siglo se nombraba “del Pósito” sin duda por haberse encontrado en uno de sus edificios esta anti-gua institución de carácter municipal que se destinaba como una caja de préstamos de grano a vecinos y agricultores en las épocas de bajas cosechas.
Entre los edificios actuales son dignos de destacar la primera casa de la izquierda haciendo esquina a la calle Empedrada, en el momento del Manifiesto al alcalde de Manzanares Pablo González-Calero y en cuyo despacho de dicha casa se redactó y firmó el Manifiesto en Julio de 1.854.
Posteriormente los bajos comerciales de esta casa fueron dedicados hasta principios del siglo XX a farmacia y más recientemente a confitería de una conocida familia durante varias generaciones.
El callejón que comunica desde la acera contraria esta calle con la Plaza de la Constitución, se llamó hasta la principios del pasado siglo “Callejón del Teatro”, que se encontraba en la Plaza, frente a la Parroquia.
En la acera de la izquierda, haciendo esquina con la castiza calle de las Monjas, se encuentra la llamada “Casa de los Leones” por con-tener en la ornamentación de su fachada, puertas y escudo señorial, múltiples representaciones de este animal, esta casa fue sede de la Audiencia de lo criminal del Partido hasta la fines del XIX, la casa de la esquina contraria en este tramo, ha sido en el pasado siglo internado de la academia de enseñanza.
A pesar de algunos deterioros en su conservación, la calle mantiene su carácter entre popular y señorial, en las puertas de sus casas se adivina el transcurso del tiempo en las distintas cerraduras que han ido renovando los sucesivos propietarios, hay imponentes rejas de barrotes fundidos junto a populares rejas barrocas – seguramente del s. XVII - en las que la forja se convierte en filigrana, casas de labor y solariegas, renovadas en los años de prosperidad en los que la viña y el cereal eran la principal fuente de riqueza de la ciudad.
En estos días, en la puerta del numero 14, donde existía una antigua puerta de cuarterones de madera, se ha cambiado en unas horas por una fea puerta blanca de PVC ¿no podía haberse restaurado? ¿Permite la norma municipal estos atentados al conjunto urbano? Si los permite habría que cambiar la norma, y si no los permite ¿Por qué se consienten?