Cuando estas letras vean la luz, la vendimia de 2009 estará generalizándose por toda La Mancha, tras comenzar con las variedades más tempranas a finales de agosto.
Será probablemente una de las campañas más difíciles de la historia reciente, no por el clima ni por las enfermeda-des de la vid, sino por factores exclusivamente humanos. Muchas bodegas están llenas de vino de la pasada campa-ña, en unos casos sin vender y en otros vendido, pero sin cobrar ni retirar, que viene a ser lo mismo. Los viticultores apenas han percibido un escaso anticipo de la uva entregada en 2008 y no se sabe con certeza a qué precio se liquidará, en cualquier caso más bajo que nunca. Las ayudas públicas que pretendían compensar el descenso de precios van llegando con cuentagotas y los potenciales beneficiarios están comprobando que distan mucho de ser las cantidades que les prometieron. Y todo ello a pesar de que el pasado invierno se arrancaron en Castilla-La Mancha más de 30.000 Ha de viña, aproximadamente un 6% de la superficie regional.
Son las consecuencias de la nueva Organización Común del Mercado del Vino, aquella OCM por la que todos brindaban con cava a finales de 2007 ¿recuerdan las cuñas publicitarias en la radio durante meses? y cuando digo “todos” me refiero al gobierno regional, a los sindicatos agrarios, a los otros sindicatos, a las asociaciones de bodegueros, a las cooperativas y hasta algún despistado que pasaba por allí. Una vez más el Partido Popular se quedó solo frente a la farsa oficial y fue criticado duramente por ello. Una vez más la verdad, el análisis riguroso y la dignidad se quedaron solos frente al aplauso cómplice de los mismos que hoy critican, cada vez con menos pudor, esa OCM por la que brindaban hace dos años.
No todos los males vienen de la OCM. La primera causa que ha empujado a los viticultores al arranque, antes que la falta de rentabilidad, ha sido el problema de la mano de obra en sus múltiples facetas: no encontrar quien vendi-mie y si se encuentra, estará jubilado, cobrando paro, de baja laboral o será inmigrante sin papeles. Para tener los papeles en regla en vendimia, hay que empezar las gestio-nes casi en el momento en que empieza a brotar la viña; luego, el día de “echar a vendimiar” no se presentan aquellos a los que contrataste y finalmente tienes que echar mano de lo que haya. Las multas son de 6.000 euritos por persona sin papeles. Pero no es suficiente con tener contratos en regla. Hay que dar a los vendimiadores la formación en materia de prevención de riesgos laborales y el material de protección reglamentario. Todo esto está muy bien, porque todos los trabaja-dores tenemos derecho a unas condiciones de trabajo dignas y seguras. Pero ¿por qué ese énfasis en perseguir a los empresarios agrícolas? ¿Hay más siniestralidad en nuestro campo que en el andamio, en la mina, en la pesca o en la carretera?
Al final los números cantan: 30.000 Ha de viña arrancadas este invierno, a unos 5.000 Kg/Ha y 1.000 Kg/jornal representan la pérdida, tirando por lo bajo, de 150.000 jornales en este año de crisis. Si nos ceñimos al municipio de Manzanares, se han arrancado algo más de 700 Ha, lo que supone unos 3.500 jornales, como digo, tirando por bajo.
Pues éste es el panorama: bodegas planteándose no coger uva y agricultores echando números para llegar a la conclusión de que pierden menos dinero no vendimiando. Mientras tanto, los del latisueldo público siguen diciendo a los viticultores manchegos que tienen que aprender a comercializar. Así llevamos treinta años.
Que Jesús del Perdón, y no me refiero a la cooperativa, ayude en esta difícil vendimia a todos los manchegos que aún defienden su viña y su oficio.
Manuel Martín-Gaitero López de la Manzanara
Será probablemente una de las campañas más difíciles de la historia reciente, no por el clima ni por las enfermeda-des de la vid, sino por factores exclusivamente humanos. Muchas bodegas están llenas de vino de la pasada campa-ña, en unos casos sin vender y en otros vendido, pero sin cobrar ni retirar, que viene a ser lo mismo. Los viticultores apenas han percibido un escaso anticipo de la uva entregada en 2008 y no se sabe con certeza a qué precio se liquidará, en cualquier caso más bajo que nunca. Las ayudas públicas que pretendían compensar el descenso de precios van llegando con cuentagotas y los potenciales beneficiarios están comprobando que distan mucho de ser las cantidades que les prometieron. Y todo ello a pesar de que el pasado invierno se arrancaron en Castilla-La Mancha más de 30.000 Ha de viña, aproximadamente un 6% de la superficie regional.
Son las consecuencias de la nueva Organización Común del Mercado del Vino, aquella OCM por la que todos brindaban con cava a finales de 2007 ¿recuerdan las cuñas publicitarias en la radio durante meses? y cuando digo “todos” me refiero al gobierno regional, a los sindicatos agrarios, a los otros sindicatos, a las asociaciones de bodegueros, a las cooperativas y hasta algún despistado que pasaba por allí. Una vez más el Partido Popular se quedó solo frente a la farsa oficial y fue criticado duramente por ello. Una vez más la verdad, el análisis riguroso y la dignidad se quedaron solos frente al aplauso cómplice de los mismos que hoy critican, cada vez con menos pudor, esa OCM por la que brindaban hace dos años.
No todos los males vienen de la OCM. La primera causa que ha empujado a los viticultores al arranque, antes que la falta de rentabilidad, ha sido el problema de la mano de obra en sus múltiples facetas: no encontrar quien vendi-mie y si se encuentra, estará jubilado, cobrando paro, de baja laboral o será inmigrante sin papeles. Para tener los papeles en regla en vendimia, hay que empezar las gestio-nes casi en el momento en que empieza a brotar la viña; luego, el día de “echar a vendimiar” no se presentan aquellos a los que contrataste y finalmente tienes que echar mano de lo que haya. Las multas son de 6.000 euritos por persona sin papeles. Pero no es suficiente con tener contratos en regla. Hay que dar a los vendimiadores la formación en materia de prevención de riesgos laborales y el material de protección reglamentario. Todo esto está muy bien, porque todos los trabaja-dores tenemos derecho a unas condiciones de trabajo dignas y seguras. Pero ¿por qué ese énfasis en perseguir a los empresarios agrícolas? ¿Hay más siniestralidad en nuestro campo que en el andamio, en la mina, en la pesca o en la carretera?
Al final los números cantan: 30.000 Ha de viña arrancadas este invierno, a unos 5.000 Kg/Ha y 1.000 Kg/jornal representan la pérdida, tirando por lo bajo, de 150.000 jornales en este año de crisis. Si nos ceñimos al municipio de Manzanares, se han arrancado algo más de 700 Ha, lo que supone unos 3.500 jornales, como digo, tirando por bajo.
Pues éste es el panorama: bodegas planteándose no coger uva y agricultores echando números para llegar a la conclusión de que pierden menos dinero no vendimiando. Mientras tanto, los del latisueldo público siguen diciendo a los viticultores manchegos que tienen que aprender a comercializar. Así llevamos treinta años.
Que Jesús del Perdón, y no me refiero a la cooperativa, ayude en esta difícil vendimia a todos los manchegos que aún defienden su viña y su oficio.
Manuel Martín-Gaitero López de la Manzanara
No hay comentarios:
Publicar un comentario