Durante el pasado pleno del mes de Enero, el Grupo Popular de Manzanares presentó una moción al Pleno del Ayuntamiento en la que se planteaba un acuerdo de todos los grupos políticos del mismo para instar al organismo competente a solucionar el problema del desbordamiento del río Azuer ocurrido hace unos días y evitar, en la medida de lo posible, que estos hechos volvieran a producirse.
Esta moción, realmente era un borrador inicial técnico realiza-do con la colaboración, totalmente desinteresada, de varios especialistas del tema alguno de ellos de prestigio a nivel nacional, y solamente pretendía un objetivo final totalmente claro: ayudar al pueblo de Manzanares y otras poblaciones vecinas a solucionar futuros desastres similares.
Como he comentado en anteriores ocasiones, el grupo de Gobierno de Manzanares, con el Alcalde a la cabeza y con la responsabilidad clara del voto de cada uno de sus fieles seguidores como concejales del Grupo socialista, no fue capaz de otorgar el voto claro y sin fisuras (esa lealtad que continuamente pide este Alcalde y que luego nunca demuestra, no ya con representantes de otros partidos políticos sino con su propio pueblo al no apoyar esta moción), aún proponiéndole que si deseaba realizar alguna ampliación sobre el borrador estábamos totalmente dispuestos a asumirla.
Este Alcalde nuestro demuestra efectivamente otra verdad, su verdad como le gusta repetir hasta la saciedad, su verdad es exclusivamente una, la de ni siquiera escuchar propuestas del contrario y, en caso de hacerlo de forma extraordinaria, negar la mayor con una actitud que raya lo infantil: “apoyaremos la moción si hacen lo que yo digo y eliminan el estudio técnico, porque, quien somos nosotros para decir lo que tienen que hacer los técnicos de otras administraciones”.
Como si el PUEBLO de Manzanares no tuviera o pudiera tener un nivel intelectual capaz de sugerir ideas a otras instituciones, no se trataba de imponer nada a nadie, solamente de instar con argumentos, porque, seguramente, de esta forma el interés demostrado por el destinatario final podría haber sido superior.
Esta actitud podría verse desde otro punto de vista, de haber-se aceptado y mejorado la moción, por cualquier observador externo: “realmente trabajan los políticos del pueblo de Manzanares cuando instan a otros organismos oficiales con pro-puestas, soluciones e ideas propias, consensuadas por todos los Grupos políticos del Pleno del Ayuntamiento, con el fin de solucionar los problemas de su localidad”. Pero no, hacer esto implicaría, demostrar al pueblo que la oposición real-mente trabaja y, antes de hacer esto, es mejor no hacer nada, así nos va…
La gran verdad de este Alcalde es evitar cualquier movimiento psíquico distinto del suyo, el pensamiento único, el suyo por supuesto, siempre apoyado bajo pena de destierro por sus, antaño, fieles seguidores en su grupo. Efectivamente, y siguiendo la línea de su anterior portavoz con el símil marino, pareciera más un Capitán de un barco amotinado manteniendo a duras penas el mando a fuerza de continuas y duras amena-zas a esa tripulación que pretende llevar a un puerto inexistente-te sobre las aguas del Océano del inmovilismo y la falta de interés.
La verdad es que este Alcalde siempre habla de esa lealtad, de ese ir demostrando que un pueblo es grande porque afronta los problemas y soluciones para su pueblo con unidad política, precisamente esa unidad y humildad política que podría haber demostrado en esta ocasión, que buena ocasión perdida, bajo mi punto de vista, para haber demostrado su “gran verdad” a la oposición sobre la lealtad y unidad, y, lo más importante, sobre su interés en favorecer al pueblo de Manzanares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario